sábado, 2 de julio de 2011

La ley de la prosperidad, compartido por Zaida

«Sí, El Todopoderoso será tu defensa y a ti no te faltará el oro.»
Uno de los más grandes mensajes que las Escrituras han dirigido al hombre es que Dios es la fuente y que, por su palabra, el hombre puede hacer surgir todo lo que le pertenece por derecho divino. Sin embargo, debe tener una
fe integral en la palabra que él pronuncia.

Isaías dijo: «Mi palabra no retorna a mí sin efecto, sin haber ejecutado antes mi voluntad y haber cumplido con mis designios». Nosotros sabemos ahora que las palabras y los pensamientos poseen una fuerza vibratoria
tremenda, y que dan forma constantemente al cuerpo y a todos los asuntos mundanos.

Tenemos una maravillosa ilustración de lo que acabo de decir en la misma Biblia, con los tres reyes que, dentro del desierto, sin agua para sus hombres y para sus caballos, consultaron al profeta Eliseo, quien les comunicó
este mensaje asombroso:

«Así habla el Señor: excavad dentro de este valle una fosa. No veréis ni viento, ni lluvia y, sin embargo, este valle se llenará de agua y podréis bebería, tanto vosotros, como vuestros acompañantes y vuestro ganado.»

El hombre debe estar preparado para recibir aquello que ha pedido, aunque no tenga a la vista la menor señal de que así será.

Una señora deseaba encontrar un piso en un año en el que había una gran escasez de apartamentos en Nueva
York. Esto parecía una tarea imposible y sus amigos todavía contribuían más a aumentar su inquietud al decirle:
«Qué lástima, usted se verá obligada a dejar sus muebles en un garaje y a vivir en un hotel». Pero ella contestaba:
«No se inquieten por mí. Soy superhumana y ya verán como encontraré un piso».
A continuación, pronunció la palabra: «Espíritu infinito abre la puerta para que se encuentre el piso conveniente».
Esta mujer sabía que existe una respuesta para cada demanda, que ella era espiritualmente libre, que trabajando
en el plano espiritual y «que uno con Dios constituye una mayoría».
Ella tenía la intención de comprar unas nuevas mantas, pero «la tentación», el pensamiento negativo, a través de la razón, le sugirió: «No las compres; quizás, después de todo, no encontrarás el piso que buscas, y luego no
sabrás qué hacer con esas mantas». Entonces, ante estos pensamientos, se dijo a sí misma: «¡Al comprar esas mantas voy a "cavar mi pozo"!». Así pues, se preparó para encontrar su piso, actuó como si ya lo tuviera, y terminó por encontrarlo de una manera milagrosa, algo que sólo pudo atribuir a su fe, ya que había por lo menos otras doscientas personas que querían ese mismo piso.
La compra de aquellas mantas representó un verdadero acto de fe.

Sintonizar con las cosas espirituales no resulta nada cómodo para la mayoría de la gente. Los pensamientos adversos de duda, de temor surgirán del subconsciente. Estas son las «armas extranjeras» a las que se debe
hacer huir. Eso es lo que explica por qué a menudo «hay más sombra antes de la aurora».Una gran demostración suele verse precedida por pensamientos dolorosos.

Una vez descubiertas las altas verdades espirituales, lanzamos un desafío a las antiguas ideas escondidas dentro del subconsciente y es entonces cuando se manifiesta el error que debe ser exterminado.
Este es el momento de hacer frecuentes afirmaciones, de alegrarse y de dar gracias por todo aquello que ya se
ha recibido.

«Antes de que ellos llamen, yo les contestaré.» Eso significa que «cada bien está perfectamente hecho» siempre que el hombre lo reconozca así, pues es a él a quien pertenece.
El hombre no puede obtener nada más que aquello que se ve a sí mismo recibiendo.

Sin embargo, aquel que conoce la ley espiritual no se deja engañar por las apariencias y se regocija mientras está
«todavía en cautividad». Esto quiere decir que persiste en ver la verdad y que da gracias por todo aquello que se
ha cumplido, por todo lo que ya ha recibido.

Fragmentos tomados del libro
EL JUEGO DE LA VIDA
… Y CÓMO JUGARLO
Florence Scovel Shinn

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